Las delegaciones de enseñanza de los obispados de Cataluña y la Fundación Escuela Cristiana, junto con el Movimiento cristiano de maestros y profesores, celebraron en el Santuario de la Virgen de Montserrat, el sábado 7 de octubre, el primer Encuentro de maestros y profesores cristianos que contó con la participación de 130 personas.

Según Mn. Norbert Miracle, delegado diocesano de Enseñanza, este I Encuentro ha tenido como objetivo convocar, especialmente, a los profesores y maestros cristianos de la escuela pública para que se conozcan entre ellos y fortalezcan lazos de fraternidad.

La jornada se inició con la bienvenida a cargo del prior del Monasterio, P. Ignacio Fossas y del Arzobispo Jaume Pujol, obispo encargado del ámbito de enseñanza a la Conferencia Episcopal Tarraconense. Seguidamente los maestros participaron en la eucaristía del Santuario que ese día tenía una gran asistencia de peregrinos de diversos arciprestazgos y parroquias de Cataluña.

«Pongo los pies de la Virgen su trabajo, sus ilusiones y también nuestras preocupaciones, o mejor, nuestras ocupaciones», dijo Mons. Jaume Pujol, en la homilía. Parafraseando el Papa Francisco, el Sr. Arzobispo señaló que la educación debe ir por tres caminos: ayudar a pensar, ayudar a sentirse bien y acompañar en el hacer. «Esta es vuestra tarea», señaló. «Sea cual sea su especialidad, su papel en la escuela, todos estamos llamados a esparcir el amor de Cristo allí donde estamos, especialmente, vosotros, maestros y profesores, que tiene un rol tan importante en la educación de las nuevas generaciones, los niños y jóvenes».

Al finalizar la celebración, con la presencia del abad Josep Maria Soler, el Dr. Ángel Belzunegui, profesor de Sociología en la URV y responsable la Cátedra de inclusión social de esta Universidad, pronunció la ponencia de la jornada sobre la acción social de las entidades de Iglesia y su aportación a la cohesión social de Cataluña , una investigación promovida conjuntamente por la Cátedra de Inclusión Social de la Universidad Rovira i Virgili (URV) y la Fundación Pere Tarrés. «Esta investigación muestra la capacidad que tienen las entidades sociales de Iglesia para provocar la cohesión social, no sólo cuantificando las tareas de voluntariado que se hacen sino también la aportación económica, el ahorro que genera al Estado» , explicó Belzunegui. Los últimos datos de este estudio cuantifican en 1.200.000 las personas que son abarcadas indirectamente por la acción social de la Iglesia.

Por la tarde, los maestros hicieron trabajo por grupos diocesanos pensando siempre en la misión evangelizadora que todo cristiano debe tener en su vida profesional y en el testimonio que debe dar en el ámbito de la escuela y el instituto.