Fecha: 30 de julio de 2023
El verano es tiempo de movimiento, de ocio, de ilusión, de desconexión, pero también de reflexión y descanso, un tiempo lleno de luz que aprovechan muy bien los jóvenes y los que no lo son tanto. Justamente, la próxima semana, en Lisboa, los jóvenes serán protagonistas de una iniciativa estimulante instituida por el papa san Juan Pablo II en 1985 y que el papa Francisco ha recogido con entusiasmo, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
La Jornada Mundial de la Juventud es una iniciativa de la Iglesia universal que se ha convertido en una cita importante para muchos jóvenes. A los jóvenes les gusta reunirse para vivir experiencias, es una forma natural de aprender. Sin duda, en esta Jornada tendrán una maravillosa oportunidad de aprender y vivir la fe. El lema de este próximo encuentro internacional, «María se levantó y partió sin demora» (Lc 1,39), se sitúa justo a continuación del sí de María a la voluntad de Dios manifestada por medio de un ángel. María deja su casa para ir a visitar a su prima Isabel.
El papa Francisco se encontrará con miles de jóvenes de todo el mundo, cargados de sueños y esperanzas. Rezarán juntos y renovarán su compromiso de anunciar el Evangelio y de transformar el mundo siguiendo el testimonio de Jesús. Los jóvenes son el presente y el futuro de la Iglesia. La juventud vive inmersa en una sociedad apasionante, pero atacada a menudo por intereses y valores espurios. Es necesario que les ayudemos para que la crisis social y económica que estamos viviendo no los lleve al desánimo ni al vacío existencial. Los jóvenes necesitan y tienen derecho a recibir el alegre anuncio del Evangelio. Este encuentro supone una oportunidad para ellos de vivir la alegría del Evangelio.
Más de 3.000 jóvenes de la archidiócesis de Barcelona se reunirán en Lisboa y se sumarán a este encuentro de la Iglesia universal. La última semana de junio, cerca de un centenar de jóvenes de las parroquias de San Mateo y San Rafael de Barcelona ya iniciaron a pie el largo camino que une Barcelona con Lisboa. Los jóvenes del barrio de la Guineueta de Barcelona habrán caminado durante cuarenta días hacia la capital portuguesa con un doble objetivo. El primero es preparar sus almas y sus corazones para el encuentro y la comunicación con Jesucristo. Y, en segundo lugar, colaborar en la financiación de la construcción del nuevo templo parroquial con una singular campaña en la que se invita a contribuir con un euro por cada kilómetro recorrido por cada joven. Se trata de una humilde y alocada iniciativa local que se inserta dentro de una gran experiencia global.
Queridos hermanos y hermanas, oremos por los frutos de esta JMJ en los jóvenes de todo el mundo que celebrarán con alegría y esperanza la fe y la pertenencia a la Iglesia. Estos jóvenes son miembros de una generación determinada por el anuncio de Jesucristo y por la construcción de un mundo más justo y solidario. ¡Demos gracias al Señor!