El Seminario Conciliar de Barcelona acogió, este sábado día 13 de abril, la XVIII Jornada de maestros y profesores de religión católica de Catalunya y Andorra, coorganizada por la Fundació Escola Cristiana de Catalunya (FECC) y el Secretariado Interdiocesano para la Enseñanza de la Religión en Catalunya (SIERC).
El encuentro, que reunió a más de 170 maestros y profesores, fue presidido por el arzobispo Joan Planellas, presidente del SIERC, y contó con la presencia del cardenal Joan Josep Omella, arzobispo de Barcelona; de Carles Armengol, director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Catalunya, y Meritxell Ruiz, secretaria general de la FECC.
Parlamentos de bienvenida e inicio de la Jornada
Meritxell Ruiz, en la bienvenida a los asistentes, destacó la importancia de estas jornadas y de la escuela cristiana como «transmisora de valores y de una enseñanza de calidad dirigida a todos, sin exclusiones». Por su parte, Carles Armengol hizo referencia a los resultados del Barómetro de la religiosidad y de la gestión de su diversidad, que muestran «una identidad religiosa plural y fragmentada, poco conflictiva, pero con mucho desconocimiento del fenómeno religioso».
El arzobispo Joan Planellas felicitó a los docentes que «deben trabajar a menudo a contracorriente» y aseguró que «su trabajo abnegado, así como el de la Escuela cristiana en general, es garantía del derecho a la libertad religiosa ya la libertad de enseñanza». Así, recordó que «todos nosotros somos hijos e hijas de la Iglesia católica, a cuyo servicio estamos» y que, por tanto, «la identidad católica de los docentes de religión los convierte en auténticas personas misioneras al servicio de la evangelización».
«Para muchos de sus alumnos, especialmente quienes trabajan en la escuela pública, su testimonio cristiano será el único que recibirán», expresó el presidente del SIERC. Por este motivo, «para ser misioneros en medio de nuestros niños y jóvenes, necesitamos formarnos en todo lo que puede capacitarnos mejor», dijo.
Conferencias y talleres
Después de estos primeros parlamentos tuvo lugar la ponencia «La pedagogía de Dios», que ofreció el director del Colegio Abad Oliba – Spínola, Jordi Cabanes.
A continuación, los participantes se repartieron en los ocho talleres de la Jornada sobre temáticas diversas: el crecimiento espiritual para niños y jóvenes a partir de la metodología Montessori, la aproximación a la educación afectivo-sexual desde el valor de la persona y la belleza del cuerpo, la gestión emocional en el aula siguiendo la maestría de Jesús, el acompañamiento y la búsqueda del sentido de la vida, la música como lugar privilegiado para el primer anuncio, las posibilidades del trabajo de la religión a través de el aprendizaje-servicio, los lugares de culto como espacios de aprendizaje y propuestas de situaciones de aprendizaje y actividades para la clase de religión.
Ya por la tarde tuvo lugar la segunda conferencia de la Jornada, con el título «La identidad y el diálogo, un binomio irrenunciable para la enseñanza de la religión». En este caso, corrió a cargo de Rafael Muñoz, coordinador del SIERC y delegado para la enseñanza del Arzobispado de Tarragona, y de Mn. Pepe Chisvert, delegado para la enseñanza del Obispado de Urgell.
La Jornada cerró con la celebración de la eucaristía en acción de gracias por los frutos de este encuentro, que presidió el arzobispo Juan. Durante la homilía recordó que «ser fiel a la causa del Reino conlleva riesgos, conflictos y enfrentamientos», pero que «Jesús, el Resucitado, se hace encontradizo en cualquier situación, allí donde sus amigos le necesitan, donde puede ayudar a descubrir un nuevo significado de las cosas, una nueva valoración de la vida». El Arzobispo invitó a los docentes a «ser testigos, sabiendo que el mejor anuncio es decir que “Jesús está vivo”», un anuncio que «sólo podemos hacer con nuestra vida, siendo testigos de Jesús con nuestra predicación o enseñanza oral, pero también con el testimonio coherente de toda la vida».
Lectura del manifiesto
Como clausura de esta decimoctava edición, se leyó el manifiesto de la Jornada, consistente en una reflexión sobre la figura del docente de religión. En este documento se afirma que «la visibilidad del genoma cultural heredado posibilita la base de la construcción de la persona», que «el docente de religión es aquél especialmente atento a las realidades más desfavorecidas del ámbito educativo» y que trabaja «valores y virtudes que lleven a rutas donde poder realizar experiencia de sentido personal y comunitario en favor del bien común».
Fuente: arzobispado de Tarragona