Fecha: 23 de junio de 2024
Estimado/da joven: nuestro querido buen papa Francisco, hace cinco años, el 25 de marzo de 2019, te escribió una preciosa carta. Sí, efectivamente, ya han pasado cinco años y quizás aún no la conoces. Se titula Cristo vive. Léela entera ahora que ya has acabado el curso y los exámenes, ahora que dispones de algo más de tiempo para ti, para cuidar tu vida interior, para meditar y rezar. ¡Vale la pena! Es entrañable. Te la ha escrito con mucha ternura y cariño, pensando mucho en ti. De hecho, nos la dirige también a todos: pastores y fieles. Es que, como él mismo afirma, «ser jóvenes, más que una edad, es un estado del corazón.» En su palabra resuenan las voces de miles de creyentes de todo el mundo que hicieron llegar sus opiniones al Sínodo sobre los jóvenes que se celebró durante el mes de octubre del año 2018. Incluso jóvenes no creyentes desearon compartir sugerencias que suscitaron en él nuevas preguntas.
¿Sabes? Deberíamos aprender más a mirar la realidad como lo hace el papa Francisco, con esperanza: «en todas las situaciones vacías y dolorosas –afirma– (…) hay un camino de salida». En este camino, él te propone que te dejes amar por Dios, que te dejes tomar por Cristo que es vivo y te quiere vivo, que invoques y dejes actuar en ti al Espíritu Santo. Eres infinitamente amado por Dios, en cualquier circunstancia, no lo olvides nunca. Cristo está vivo, no es solo un buen ejemplo del pasado, sino que es tu Amigo en mayúscula, no lo dudes. ¡Enamórate de Él, te dice el papa! Este enamoramiento hará que te levantes cada mañana, y determinará en qué ocupas las tardes y los fines de semana, qué lees, con quién te relacionas, qué te sacude el corazón y qué justifica tu gratitud. ¡Vive amando!
Francisco, que sabe escuchar y tiene en cuenta a los que están en las periferias geográficas y existenciales, recuerda en su carta que durante el Sínodo mencionado, uno de los jóvenes auditores, proveniente de las islas Samoa, habló de la Iglesia como si fuera una canoa en la cual los ancianos ayudan a mantener la dirección guiándose por la posición de las estrellas, mientras los jóvenes reman con fuerza imaginando lo que les espera más allá. El papa quiere que todos subamos a la misma canoa y entre todos busquemos un mundo mejor, con el impulso siempre nuevo del Espíritu Santo. Desde la delegación diocesana de pastoral de juventud y las diversas realidades juveniles de las parroquias, comunidades, movimientos, escuelas cristianas, presentes en nuestra diócesis de Tortosa, sepas que contamos contigo para continuar remando juntos en la misma canoa de nuestra Iglesia.