Fecha: 20 de abril de 2025
En 3Cat se emitió un reportaje sobre la eutanasia titulado La buena muerte. Días antes y después, varios diarios se hacían eco de los datos sobre la eutanasia en Cataluña. Un tema que toca el sufrimiento de muchas personas enfermas, sus familias y cuidadores, y que, por lo tanto, merecen todo el respeto y apoyo en sus procesos de enfermedad.
A raíz de las estadísticas que indican que en Cataluña 358 personas pidieron la eutanasia y que estas peticiones aumentaron un 63% el 2024 me hago algunas preguntas. No pretendo que todo el mundo comparta mi opinión, pero invito a abrir un debate que no restrinja todos los factores implicados en una ley que valida el suicidio asistido.
En cuanto al tema de la eutanasia, llama la atención que repetidamente se plantee como la única salida al sufrimiento, ignorando la realidad de unos tratamientos adecuados y de unos cuidados paliativos de calidad. Miles de personas en Cataluña no reciben la atención necesaria para aliviar sus sufrimientos a causa de una cobertura sanitaria deficiente, pero esto parece que se ignora. Lo que demasiado a menudo se promueve es acabar con la vida de la persona que sufre y no con su sufrimiento. Esto me parece injusto.
Hay que reconocer que, cuando se difunde la ley de la eutanasia, se está fomentando el hecho de descartar personas enfermas que son vulnerables físicamente y psicológicamente.
En el programa no se explican alternativas que alivien el sufrimiento. Varias veces se dice que impedir o retrasar la eutanasia es hacer sufrir, pero no se dice que la eutanasia es, al fin y al cabo, que una tercera persona provoque tu muerte. “Dejar marchar” o “soltar” son eufemismos.
El reportaje planteaba, de manera directa e indirecta, que hay “vidas que no merecen la pena ser vividas”. Esto es muy grave. ¿Qué quiere decir vivir y quien decide quién tiene que vivir? ¿Solo un mismo? Pero no se habla de los graves riesgos que esto comporta. Todo ello nos lleva a preguntarnos: ¿Es bueno vivir? ¿Es un bien provocar la muerte? ¿Está bien suicidarse?
Evitamos una mirada demasiada reduccionista del enfermo, de los familiares y de los profesionales. La eutanasia es un tema difícil, doloroso y muy complejo, donde se mezclan muchos factores físicos, psicológicos, familiares, económicos, sociales y espirituales. Por eso creo que hay que pedir un debate más amplio y con mayor pluralismo.