Fecha: 17 de febrero de 2025
Un barco escuela por la paz inicia un recorrido que llevará por todo el Mediterráneo a 200 jóvenes de entre 20 y 30 años, de diferentes creencias y culturas de la cuenca mediterránea
«Cultivar encuentros para destruir divisiones.» Estas palabras del papa Francisco pronunciadas en Marsella en septiembre de 2023 son la base del trabajo de la tripulación del Bel Espoir, un buque escuela para la paz que parte desde Barcelona en un viaje que durará por toda la cuenca mediterránea. 200 jóvenes de entre 20 y 30 años, procedentes de diferentes países de la cuenca mediterránea, subirán por turnos al buque a partir de este 1 de marzo y hasta el próximo mes de octubre. Esta goleta de tres mástiles navegará durante ocho meses por las costas del Mediterráneo para difundir la esperanza del Año Jubilar 2025.
Conferencia de prensa para presentar la ruta mediterránea de la MED25
Este jueves 20 de febrero se celebró una rueda de prensa en la Sala de Prensa de la Santa Sede, en la que participó el cardenal Joan Josep Omella. El arzobispo de Barcelona, quien presentó el simposio de lanzamiento del Bel Espoir en Barcelona, expresó su alegría por que esta ciudad sea el punto de partida de la ruta de este buque escuela. «En Barcelona hemos asumido este reto con entusiasmo porque es una ciudad profundamente cultural, donde conviven diversas razas, culturas, lenguas y religiones. Estamos llamados a entendernos y a construir juntos una nueva sociedad.»
El cardenal Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella, fue el primero en hablar y realizó la presentación de la iniciativa MED25. Destacó: «Se trata de una goleta que simboliza una escuela de paz, cuyo objetivo es escuchar las diversas riberas del Mediterráneo. Queremos recoger y compartir las experiencias de las cinco riberas. Sobre todo, se trata de escuchar las múltiples heridas que existen hoy. Sabemos que la situación actual es fuente de profundo dolor, y estas heridas hacen cada vez más daño. Aun así, contamos con numerosos recursos, especialmente humanos, en el Mediterráneo.»
Omella: «Nuestra identidad se fortalece en la medida en que valoramos, respetamos y escuchamos al otro en su diversidad.»
Ocho equipos formados por 25 jóvenes de diferentes religiones, por iniciativa de la Arquidiócesis de Marsella con el apoyo de la Arquidiócesis de Barcelona, se encontrarán a bordo del Bel Espoir. Cada grupo pasará dos semanas en el buque bajo la tutela de la asociación francesa Amis du Jeudi-Dimanche (AJD), responsable de la integración de jóvenes en el ámbito marítimo. Los participantes se encargarán ellos mismos de la navegación del buque. La tripulación hará escala en todos los países de la costa mediterránea de Europa, pasando por el norte de África y Oriente Medio, realizando un total de 30 escalas a lo largo de ocho meses.
El cardenal Joan Josep Omella, arzobispo de Barcelona, subrayó la importancia de este proyecto para la convivencia y la paz. «Este proyecto ha ido tomando forma porque los jóvenes son la esperanza del futuro, pero también del presente. De alguna manera, este encuentro entre diferentes naciones, culturas, religiones y lenguas que conforman el Mediterráneo —pequeño, pero enormemente diverso— nos permite mantener la esperanza. Podemos ser diferentes, pero al final nos entendemos y podemos construir algo positivo. Eso es lo que nos da esperanza: son los brotes verdes de un futuro mejor». También recordó una frase que pronunciaron el cardenal Aveline y el papa Francisco en Marsella, que decía: «La diversidad reconocida, aceptada y valorada hace crecer la identidad», en este sentido el arzobispo de Barcelona manifestó que: «Nuestra identidad se fortalece en la medida en que valoramos, respetamos y escuchamos al otro en su diversidad.»
Omella también destacó la implicación del gobierno de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y el Puerto de la ciudad en el proyecto. «Los hemos integrado en este proyecto y, con gran alegría, desean participar en la acogida, el encuentro, el diálogo y se impregnarán de ese espíritu que se quiere transmitir en este proyecto tan bonito de caminar juntos con las diferentes culturas y religiones, pero en el fondo siendo todos hermanos, porque así se construirá la paz.»
Barcelona, un diálogo entre culturas
En cada ciudad de salida, la tripulación asistirá a un simposio temático y cada travesía estará dedicada a un tema específico. En este inicio en Barcelona, los tripulantes tratarán el diálogo entre culturas. Posteriormente se centrarán en otras grandes preocupaciones del territorio mediterráneo, como el medio ambiente, las migraciones o la economía. Mn. Carlos Bosch, director del Secretariado Diocesano de Pastoral con Jóvenes, destacó en el Arzobispado de Barcelona la importancia de este proyecto: «Este proyecto es una oportunidad para la Iglesia de Barcelona porque establece vínculos con todo el Mediterráneo, además es una buena herramienta de acogida y de diálogo entre culturas.»
El padre Alexis Leproux, vicario episcopal de Marsella, explicó el objetivo y el itinerario de la MED25. «El mar y el buque serán herramientas sencillas que nos permitirán introducir a los jóvenes en un triple proceso, inspirado en la propuesta del Papa: asumir el deber de la identidad, escuchar, descubrir y conocerse, e integrar la valentía necesaria para dialogar. Cuando compartimos el mismo buque, no hay otra opción que hablar y ponerse de acuerdo. Este es el camino de la otredad que debemos emprender.»
Un buque de tres mástiles listo para izar las velas
El Bel Espoir es un buque construido en 1944 que acaba de completar una importante remodelación: un nuevo casco para un nuevo comienzo. Botado en Svendborg (Dinamarca) como buque de transporte, fue adquirido en 1955 por la asociación británica Outward Bound Trust, que lo remodeló como velero de entrenamiento para alumnos de las Escuelas Públicas. La asociación de Michel Jaouen (ex capellán del sistema penitenciario), “Amis du Jeudi-Dimanche” (AJD), se convirtió en propietaria en 1968 y lo bautizó con el nombre de “Du Bel Espoir II”. Esta entidad, fundada en 1954, tiene como objetivo la reinserción de jóvenes en situación de dificultad a través de diversos programas de empleo.
Mons. Giuseppe Satriano, arzobispo de Bari-Bitonto, quien ha hablado sobre el sentido de la comunión eclesial en el Mediterráneo, añadió: «Es importante recordar que no estamos aislados los unos de los otros. Nuestra misión es construir puentes, no levantar muros. El Mediterráneo necesita un nuevo alma. Nuestra misión es transformar este mar en un laboratorio de paz y en un espacio de intercambio auténtico.»
Un proyecto enmarcado en el proceso de los Encuentros Mediterráneos
El proyecto sigue los encuentros mediterráneos de años anteriores, en Bari en 2020, en Florencia en 2022 o en Marsella en 2023. La expedición cuenta con el apoyo de tres asociaciones. Además del AJD, la asociación Mar Yam, también socia, se encarga de ofrecer formación en la cultura del diálogo y el encuentro en el Mediterráneo. Finalmente, la diócesis de Marsella, que coordinó y acogió los encuentros mediterráneos de septiembre de 2023 con motivo de la visita del papa Francisco a Marsella, también es socia del proyecto.
La primera etapa de la odisea de MED 25 Le Bel Espoir nos lleva a retomar la “Historia Compartida” de las cinco riberas del Mediterráneo. Los intercambios culturales experimentados a lo largo de los siglos entre el Sur y el Norte, entre Occidente y Oriente, iluminan los numerosos puntos de contacto que hacen de este mar un “puente intercultural” único en el mundo.
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