El Hospital de Sant Rafael ha acogido la Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud de este año, celebrada bajo el lema «Vivir la esperanza». Esta reunió a un gran número de participantes comprometidos con la salud física, emocional y espiritual de las personas. Un espacio donde la comunidad diocesana tuvo la oportunidad de reflexionar sobre la esperanza que fundamenta la fe cristiana y cómo esta debe traducirse en acciones concretas en nuestra sociedad.
La jornada comenzó con la bienvenida a cargo de la Dra. Carmen Benito, directora del Secretariado diocesano de Pastoral de la Salud de Barcelona, quien presentó los objetivos del evento. La Dra. Benito subrayó la importancia de la esperanza como motor para transformar la realidad de las personas que viven situaciones de dolor, soledad y sufrimiento. En este sentido, destacó la contribución de la Iglesia al acompañamiento de los más vulnerables y la necesidad de impulsar una cultura de la vida y la esperanza.
A continuación, intervino Mons. Javier Vilanova, obispo auxiliar de la diócesis de Barcelona, quien también dio la bienvenida y recordó la llamada de Jesús a ser portadores de esperanza para aquellos que la necesitan. Destacó la «tarea constante de la Iglesia por poner la vida en el centro, acompañando a los más necesitados con ternura y compasión».
Vivir la esperanza
La primera conferencia estuvo a cargo del Vicario episcopal, Mn. Enric Termes, quien profundizó sobre el tema «Vivir la esperanza». Expuso la importancia de vivir la esperanza en el contexto de la fe cristiana, afirmando que «ser hombres y mujeres que viven la esperanza debe ser una característica fundamental de cualquier cristiano». La esperanza, según Mn. Termes, «no solo debe vivirse como una fuerza interna, sino también como un compromiso que se traduce en actos concretos». En su discurso, destacó la necesidad de ofrecer signos de esperanza, tanto en los momentos de felicidad como en los momentos difíciles de la vida, y reflexionó sobre la llamada del Evangelio a «compartir la esperanza con todos los demás, especialmente aquellos que más la necesitan».
Mesa redonda
Después de la conferencia, se celebró una mesa redonda moderada por la Dra. Carmen Benito que trató el delicado tema del abordaje del inicio de la vida y las pérdidas que se producen en el contexto del aborto.
En esta mesa intervino Albert Wilshunse, quien habló de la importancia de sensibilizar a la comunidad sobre las pérdidas que implican los abortos y el acompañamiento que se puede ofrecer a las mujeres antes, durante y después de este proceso. Subrayó la necesidad de ofrecer alternativas que ayuden a las mujeres a tomar decisiones que respeten la vida y los derechos de las personas no nacidas.
Montserrat Romagossa, del Proyecto Raquel, habló de la acogida y el cuidado espiritual para aquellas mujeres que han vivido un aborto, acompañándolas en su proceso de reconciliación y perdón consigo mismas y con Dios. Explicó cómo el proyecto trabaja para llevar a las mujeres a una vida plena de esperanza, encontrando la sanación a través del perdón y la reconciliación con su propia vida.
Santiago Santomá, del Hogar de María, se centró en las acciones concretas que pueden ayudar a las mujeres a reconsiderar el aborto y, en su lugar, asumir el embarazo con serenidad, proporcionándoles el apoyo necesario para afrontar la maternidad con dignidad. Destacó el papel de las asociaciones que ofrecen acompañamiento durante el embarazo, ayudando a las madres a integrar esta nueva realidad en su vida y a proporcionarles el apoyo emocional necesario.
A la jornada asistieron también Mn. Eduard Puig, consiliario de la Pastoral de la Salud, y Mn. Josep Teixidó, delegado diocesano de Pastoral Sacramental, quien realizó la clausura agradeciendo a todos su participación.