Fecha: 26 de mayo de 2024
Este sábado hemos celebrado la Asamblea Diocesana. Es un acontecimiento eclesial que llena de alegría a todos los asistentes ratificando la reconocida unidad entre todos los diocesanos. Vivimos también los últimos días de mayo, mes dedicado vistosa e intensamente a la Virgen María de quien por distintos motivos hemos hablado mucho. ¡Acercaos a la Madre! Os muestra a Jesús.
Contando con estos dos ejes del compromiso cristiano quiero referirme hoy, en las jornadas próximas a la solemnidad del CORPUS CHRISTI, a la dimensión caritativa que marca de un modo especial nuestra manera de ver el mundo. Se fundamenta, escuchando las palabras de Jesucristo, en la exigencia del amor, de la caridad, hacia todas las personas cercanas y lejanas para promover la fraternidad entre todos ya que somos hijos de un mismo Padre.
La fiesta del Corpus revive en nuestras comunidades la adoración pública, en las calles y plazas de nuestros pueblos, de Cristo-Eucaristía. Lo que celebramos en el interior de los templos, lo damos a conocer en el exterior a todos los que nos rodean. Lo hacemos llevando un trofeo para indicar el regalo más grande recibido por la humanidad, Jesucristo, que nos manda que nos amemos unos a otros como Él lo ha hecho, hasta la muerte en cruz. Especialmente un amor dirigido a quienes más lo necesitan. En la actualidad eso mismo lo recuerda cada día Cáritas. También otras instituciones y organizaciones caritativas que abundan en el universo católico y que nos ayudan a actualizar lo recibido en la catequesis y en nuestras celebraciones, que Dios es amor. A lo largo de la historia han proliferado personas y grupos que han señalado con su constante actuación el camino de la caridad como el modo de cumplir la voluntad de Dios y acercarse a los que más lo necesitan.
Ese es el reto y la obligación que los diversos grupos de Cáritas realizan en las parroquias a los que coordina y orienta el equipo diocesano. Son todos ellos parte integrante de la comunidad eclesial que acoge, celebra y anuncia la caridad. De ningún modo se presentan como una institución aislada y que actúa con un programa propio. Es la Iglesia con sus luces y sombras la que visibiliza la caridad de Jesucristo en el momento presente y a lo largo de la historia.
Todo esto se quiere concretar en la Cáritas diocesana con un lema para la campaña de este año que nos empuja a todos a la reflexión y al compromiso: ESTAMOS DONDE NOS NECESITES, ABRIMOS CAMINO A LA ESPERANZA. Con estas palabras resume el conjunto de actividades realizadas abriendo la puerta a que otras personas y grupos comprueben si es una realidad patente la intención de estar allí donde hay gente necesitada y no son vocablos vacíos o sin un sentido adecuado a la realidad caritativa. Para ello presenta una MEMORIA anual en unas páginas que se distribuyen por todas partes y, a la vez, organiza una concurrida rueda de prensa para aceptar preguntas y sugerencias de los medios de comunicación social. Es el mejor modo de cumplir con la obligación de informar. También sirve para detectar nuevas necesidades que se dan entre grupos de personas vulnerables. Así será posible estar donde nos necesite; ese es el gran deseo de los responsables, de los empleados, de los colaboradores y de los voluntarios de esta institución tan reconocida por los diversos sectores sociales. Reconocimiento que lleva aparejada la gratitud por su labor diaria y por la atención a los que más sufren.
La segunda parte del lema apunta al futuro. Un camino para recorrer juntos. Sin perder la esperanza de mejorar las actitudes de los cristianos para servir con autenticidad a todos aquellos que lo soliciten. Solicito la colaboración de todos para apoyar sus iniciativas.