Fecha: 8 de septiembre de 2024
En este domingo 8 de septiembre, toda la Diócesis de Urgell y el Principado de Andorra se visten de fiesta para honrar a su Patrona, la Virgen de Núria y de Meritxell. En esta fecha señalada celebramos la Natividad de la Virgen María, concebida sin pecado original y escogida como Madre del Hijo de Dios. Pero al mismo tiempo es mucho más que una jornada de celebración religiosa mariana, puesto que es una manifestación viva de nuestra historia, tradiciones e identidad colectiva, que en el amor a María encuentra sus raíces más profundas. Somos quienes somos, gracias a Núria y a Meritxell, a nuestra Madre celestial protectora en todas nuestras necesidades.
La devoción a la Virgen María en estos santuarios, ahora basílicas menores, remonta al menos a los tiempos medievales, y se ha transmitido de generación en generación, simbolizando la protección y la condescendencia que ha guiado a nuestro pueblo a través de los siglos. El Santuario de Núria en las cimas del Pirineo, frecuentado por los pastores y rebaños y después por generaciones de peregrinos, y el Santuario de Meritxell, situado en el corazón de nuestros Valles de Andorra, lugar sagrado que nos recuerda la importancia de la fe, la unidad y la perseverancia del Pueblo Andorrano.
Durante estos días de fiesta, urgellenses y andorranos debemos renovar nuestro compromiso con las raíces cristianas que nos definen. Las celebraciones litúrgicas, la peregrinación, la sesión tradicional del Consell general de Andorra, las sardanas, el concierto y los encuentros familiares, convierten este evento en una expresión vibrante de nuestra cultura y espiritualidad. La Fiesta de Nuestra Señora de Núria y de Meritxell es también una ocasión para reflexionar sobre los valores que nos unen como pueblo: la solidaridad, la unidad y el amor fraterno.
A través de nuestra devoción a María, nos reafirmamos en nuestra voluntad de preservar y transmitir estos valores y tradiciones a las futuras generaciones, asegurando que el legado de nuestra Patrona perviva en el tiempo. Esta fiesta debe servirnos para fortalecer nuestros lazos como diócesis y como pueblo, y para recordarnos que, bajo la mirada protectora de la Virgen, somos una comunidad resistente y bellamente orgullosa de su identidad.
Celebremos con alegría y devoción la fiesta de la Natividad de la Virgen María, agradeciendo las bendiciones recibidas del cielo y mirando con esperanza hacia el futuro. Un nuevo obispo Coadjutor Josep-Lluís Serrano Pentinat nos viene a ayudar y un día tomará el relevo en la Diócesis y en el Coprincipado. Es muy valioso y buena persona y está muy preparado. La continuidad del Coprincipado está asegurada por parte de la Santa Sede. Debemos encomendarlo todos ya cerca de su ordenación episcopal del próximo día 21 en la Catedral de Sta. María de Urgell. Con nuestra Patrona como guía y estandarte, continuaremos construyendo una sociedad laboriosa, pacífica y fiel a sus tradiciones y a su lengua y cultura, acogedora de todos, y unida con una hermandad pacífica y pacificadora. ¡Santa María nos guarde y nos llene de amor y de esperanza!