Fecha: 4 de septiembre de 2022
El próximo día 8, cuando toda la Iglesia celebra la fiesta de la Natividad de la Virgen María, en Urgell y Andorra es fiesta grande: celebramos la solemnidad de Sta. María bajo las advocaciones de Núria, patrona de la Diócesis de Urgell, y de la Virgen de Meritxell, patrona del Principado de Andorra.
La Patrona y Madre de todos los Andorranos nos espera en las celebraciones de este 2022 en su amado Santuario de Canillo. Es la casa siempre abierta de nuestra Madre celestial, que nos acoge, nos abraza, nos conforta y nos envía a mejorar el mundo, empezando por mejorarnos a nosotros mismos. Nos hace difusores de la luz de la fe para alumbrar nuestro mundo de hoy y hacerlo más habitable, más fraterno, más justo.
Este año se cumplen 50 años de la triste desgracia del incendio del antiguo Santuario, la noche del 8 al 9 de septiembre de 1972, cuando iniciaba su pontificado mi predecesor Mons. Joan Martí y Alanis. Perdimos la Sagrada Imagen de la Virgen María y todo el pueblo andorrano se entristeció mucho. Pero supimos reaccionar. Todos los andorranos con nuestras Autoridades le construimos un nuevo templo a la Madre celestial, la Luz fogosa del mediodía. Y más adelante, recientemente, le hemos construido un nuevo Camarín con la copia exacta de su Imagen, y el Santo Padre Francisco nos ha regalado el honor de que su Santuario sea Basílica Menor, lugar de amor y de comunión con el Sucesor del Apóstol S. Pedro. Lo recordamos este año con acción de gracias, amor de hijos y promesa de pueblo unido y suplicante hacia su larga mano tendida.
También este año se cumplen los 40 años del nacimiento de AINA, la Casa de colonias que Mn. Ramon de Canillo ha construido y cuidado durante tantos años, con tantos colaboradores, especialmente jóvenes monitores y niños. Es la obra social del Santuario para con los niños y jóvenes, con las familias que queremos fortalecer y darles ayudas, en momentos históricos críticos, cuando la vida y la familia necesitan de nuestro compromiso cristiano y ciudadano. Amar a la Virgen María debe llevarnos a amar a sus hijos, a todos, especialmente en sus necesidades educativas y espirituales. Y con preferencia, los más vulnerables.
Invito a todos los diocesanos, y a todos los andorranos, a dar gracias por esta fiesta tan gozosa de nuestra Madre y Patrona. Ella nos haga más hermanos, derrame el amor y la paz en el Principado de Andorra y en toda la Diócesis, en los lugares donde hay guerra, violencias e injusticias, y ponga ternura y bondad en Urgell, fortalezca a las familias y consuele a los enfermos de todo el mundo. Que Santa María, la fiel creyente, la humilde sirvienta del Señor, que siempre estuvo unida a su Hijo Jesús, interceda por nosotros, nos acerque a Dios, nos enseñe a amar más, y nos ayude a mantener la fe cristiana bien viva ya conservar las tradiciones de nuestro pueblo.
Nuestra Señora de Meritxell y de Núria, ¡ruega por nosotros!