El día 3 de diciembre de 2016, el Nuncio apostólico Mons. Renzo Fratini impuso el pal·lio a Mons. Juan José Omella, arzobispo metropolitano de Barcelona, en la Catedral de Barcelona.
El Nuncio le ha impuesto esta insignia de honor supraepiscopal al arzobispo Omella en el inicio de la celebración de una Eucaristía abierta a todos los diocesanos de los tres obispados que integran la Província Eclesiástica de Barcelona: el arzobispado barcelonés y las diócesis de Terrassa y Sant Feliu de Llobregat. Enla homilía, el arzobispo se refirió al palio como «un ornamento que siempre llevaré como signo de amor a la Iglesia universal y a mi Iglesia».
El palio es un ornamento distintivo arzobispal que se coloca en los hombros y espalda para destacar la calidad de un arzobispo metropolitano, como jefe de las diócesis de las cuales es pastor. Es de carácter personal, de manera que quien tiene un palio no puede cederlo a nadie más, y también tiene carácter local, ya que sólo se puede utilizar en la misma diócesis o archidiócesis.
El palio está hecho con la lana de oveja que el día de la fiesta de santa Inés se bendice tras el pontifical en la iglesia de S. Agnese fuore le mura. El nuevo palio es bendecido después de las vísperas de la vigilia de la fiesta del príncipe de los apóstoles y son guardados en una caja de plata dorada en la Confesión de San Pedro hasta que son entregados. La entrega se realiza en Roma, o en la sede del futuro poseedor, y siempre la precede la celebración de la misa y el juramento de fidelidad al Papa. El palio es blanco, de entre 4 y 6 cm de ancho, y tiene cruces bordadas en seda negra, que recuerdan las diócesis suburbicaria de Roma de las que el Papa es el arzobispo metropolitano.