Fecha: 29 de diciembre de 2024

Hoy comienza en nuestra Diócesis y en todo el mundo el Jubileo 2025, un tiempo sagrado que se presenta como una oportunidad única para la renovación espiritual y el crecimiento en la fe y la esperanza. El acto de apertura se celebra con una solemne eucaristía en la Catedral de Santa María de Urgell, con los fieles representativos de todo el territorio diocesano y con el Consejo Pastoral Diocesano. El Jubileo, tiempo de gracia y de reconciliación, se extenderá a lo largo del año hasta la Epifanía del 2026, y se erige como una oportunidad para todos de lograr la reconciliación con Dios, con uno mismo y con el prójimo. Con el lema «Peregrinos de esperanza», el Papa Francisco nos invita a vivir este tiempo como un camino hacia la paz interior, la solidaridad y la renovación espiritual. La esperanza es el fundamento de este año jubilar, especialmente en un contexto marcado por la incertidumbre y dificultades sociales y económicas. La esperanza es la fuerza que nos impulsa a caminar, a levantarnos después de cada caída y a construir puentes de fraternidad y de solidaridad en un mundo fragmentado y que anhela la paz.

Precedidos por la Cruz, entraremos en la Catedral, renovaremos nuestro Bautismo que nos hizo entrar en una existencia de gracia y de vida eterna, escucharemos la Palabra y celebraremos el Misterio de la fe. Podremos obtener la indulgencia plenaria, signo de la misericordia infinita de Dios. La Catedral de Sta. María de La Seu d’Urgell y la basílica del Santo Cristo de Balaguer serán los dos lugares de peregrinación y se ofrecerán actividades especiales (encuentros, retiros, conferencias formativas y actos litúrgicos). Asimismo, cabe destacar la importancia de atender a los más vulnerables, animando a las parroquias y comunidades a intensificar sus acciones de caridad y ayuda social. Un signo será el Centro de Salud mental en el Seminario.

Este Jubileo está abierto a todos, con el objetivo de ofrecer una luz de esperanza en medio de los desafíos que nos tocan vivir. La Iglesia de Urgell estamos llamados a ser testigos vivos del amor de Dios, promoviendo la solidaridad, la justicia y la reconciliación. Invitamos a todos a abrir los corazones a la esperanza y a caminar juntos hacia un futuro de paz y fraternidad. El año jubilar de los 2025 años del Nacimiento del Señor debe ser un tiempo de gracia que impulse a toda la comunidad a vivir con más profundidad su fe y a ser luz en la oscuridad y esperanza en el mundo. La esperanza es una virtud esencial en la vida cristiana y en la vida en general. No es simplemente un deseo vago de que las cosas mejoren, sino una fuerza interior que nos mantiene firmes, incluso en medio de los fracasos y adversidades. Necesitamos la fe en Dios, que es fiel y no abandona nunca a sus hijos, y que es la fuente de la esperanza. Debemos alimentarla a través de la oración personal y comunitaria, participando en los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Reconciliación, que nos renuevan interiormente. La esperanza se pone a prueba cuando estamos ante el sufrimiento, la incertidumbre o la soledad. Es aquí donde es necesario cultivar la perseverancia, confiando en que las pruebas pueden ser oportunidades de crecimiento. Nunca rendirse ante las adversidades, sino buscar un sentido más profundo. No estamos solos en el camino, y si mantenemos el amor activo nos llenaremos de esa fuerza. Siempre comunicando que la vida tiene un sentido que trasciende el momento actual y que tiende hacia la vida eterna, transformando también el presente. ¡La esperanza en Cristo es nuestra fuerza!