Fecha: 18 de abril de 2021 El título de este comentario puede parecer una obviedad. Ningún católico puede vivir sin caridad que es el amor decidido a sus semejantes como una conclusión concreta de su fe en Jesucristo y la aplicación de la esperanza. Ya san Pablo lo expresaba con mucha fuerza en su carta a los Corintios combinando las tres virtudes teologales y definiendo perfectamente el amor, es paciente, es benigno, no se engríe, no tiene envidia, no es indecoroso ni egoísta, no se irrita,...

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