Fecha: 8 de septiembre de 2024

Tras el saludo del pasado domingo con motivo del nuevo curso, os presento ahora el conjunto de ideas que conforman el Plan Pastoral para este período de tiempo.

Tenemos como prioridad en todas las instituciones diocesanas responder a lo que nos pide el papa Francisco en los documentos del Sínodo: la conversión pastoral. Esta propuesta tiene que ser el eje vertebrador de toda nuestra acción en las parroquias, en los movimientos apostólicos y en los sectores pastorales. Ese fue también el deseo de muchos asistentes que así se expresaron en la pasada Asamblea Diocesana ante los cambios que afectan a nuestra sociedad y al mundo. Entre ellos el de vivir en una realidad multicultural y multi-religiosa lo que nos obliga a replantear nuestro modo de dar razón de la esperanza, a profundizar en nuestra fe y también a compartir nuestra caridad abriendo el corazón, escuchando y discerniendo, desde la mirada del Evangelio, los problemas que a todos nos acucian. Es también una llamada a la corresponsabilidad de todos los bautizados para un mejor desarrollo de nuestras instituciones y un más adecuado cumplimiento de las orientaciones que nacen del evangelio.

La primera llamada de la Iglesia en Lleida se basa en las palabras de Jesús que nos proponía hacernos discípulos suyos y anunciar a todo el mundo su evangelio. Esto nos permite una continua reflexión sobre el modo de proceder tanto individual como comunitario. Percibimos carencias y sombras. También agradecemos buenas y auténticas realizaciones. Eso mismo nos ayuda a revisar la vida cristiana para convertirnos al Buen Dios que nos empuja, nos acompaña y nos salva. Una conversión que nos aleje del pesimismo y nos haga mejores discípulos de Jesús. Para ello todos nosotros estaremos abiertos a:

–           Recibir formación, celebrar la fe en la plegaria, los sacramentos y la Palabra.

–           Ejercer el ministerio bautismal a través de la corresponsabilidad en el mantenimiento, organización y crecimiento de la comunidad cristiana.

–           Acoger a todos aportando esperanza y fraternidad en el entorno familiar, cultural, social y laboral, haciéndonos cercanos y participando en todo aquello que afecta a nuestro pueblo

Con esta gran orientación proponemos un solo objetivo: convertirnos pastoralmente a fin de que nuestra diócesis, y cada uno de nosotros, sea fiel al seguimiento de Jesús con la cooperación y la complementariedad intra-eclesial y con el encuentro samaritano y evangelizador hacia todos los que conviven en nuestro entorno socio-cultural.

Y este objetivo lo concretamos en tres ámbitos prioritarios: la pastoral con las familias, la atención a niños y jóvenes y el cuidado por la iniciación y la reiniciación cristiana (catequesis, primer anuncio y formación).

Para cada uno de los ámbitos contamos con las Delegaciones de Catequesis, de la Familia, y de Jóvenes, con el Área de Evangelización y con los grupos de Adoración existentes. Todo ello unido al esfuerzo y a la creatividad de tantos agentes de pastoral que trabajan en las parroquias y arciprestazgos de nuestra diócesis.

Tan sólo urge una actitud de petición de ayuda y de respuesta ordenada. Todos tenemos y deseamos mantener una visión humilde y colaborativa de la acción pastoral en cualquier nivel.