Fecha: 19 de enero de 2025
El pasado 26 de octubre terminaba en Roma el Sínodo con la aprobación de los 155 artículos, con los diferentes temas que se habían discutido durante las sesiones finales de este proceso iniciado en el año 2021 por el papa Francisco con la expresa petición suya de que todos nos sintiéramos interpelados y responsables de la renovación de nuestra Iglesia. A finales de noviembre aparecía la traducción oficial en catalán y en castellano del documento final con el mismo título que se había iniciado en la convocatoria: POR UNA IGLESIA SINODAL: COMUNIÓN, PARTICIPACIÓN, MISIÓN pero se añadía al principio del documento una NOTA de acompañamiento del Santo Padre en la que resume el trabajo realizado, reconociendo y agradeciendo el esfuerzo de todos por llegar a un buen fin y afirmando que no habrá una posterior Exhortación Apostólica como conclusión de las propuestas, tal como era habitual en los anteriores sínodos, sino que “El Documento final participa del Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro y como tal, pido que sea acogido. Representa una forma del ejercicio de la enseñanza auténtica del Obispo de Roma…” Animaba a todas las comunidades a aplicar efectivamente lo que está previsto en el derecho vigente.
Por mi parte tengo la obligación de informar a todos del resultado de los trabajos del Sínodo y agradecer la participación de nuestra diócesis en este importante proceso de co-rresponsabilidad eclesial. Del mismo modo que en Roma durante las sesiones finales y en el resto de las diócesis, durante el período de preparación, han sido muchas horas de trabajo empleado por gran cantidad de personas, laicos, religiosos y pastores, que requieren agradecimiento y solicitud para continuar profundizando en la renovación de nuestras comunidades y de la Iglesia universal.
No puedo reproducir todo el Documento final debido al reducido tamaño de este artículo pero sí debo animar a todos a su lectura y a la incorporación del mayor número de comunidades en la tarea de aplicar las orientaciones de los miembros del Sínodo y los deseos y aspiraciones del Papa. Indico solamente el índice general para que os forméis una idea de su contenido; me gustaría que estas líneas provocaran en vosotros interés para leerlo en su totalidad.
Además de la NOTA de acompañamiento del Papa y de una breve introducción al documento que consta de cinco partes: I: El corazón de la sinodalidad. Llamados por el Espíritu Santo a la conversión. II: En la barca, juntos. La conversión de las relaciones. III: “Echad las redes”, La conversión de los procesos. IV: Una pesca abundante. La conversión de los vínculos. V: “También yo los envío”. Formar un pueblo de discípulos misioneros. Termina con una conclusión: Un banquete para todos los pueblos.
Se ha utilizado el pasaje de la barca en el que Jesús indica a sus discípulos cómo echar las redes para pescar. Para la parte quinta se ha fijado el texto del envío para anunciar su mensaje a todos los pueblos. En la conclusión aparece una referencia explícita a la comida, a la Eucaristía, como fuente y cima de toda evangelización y que está presente a lo largo de todo el documento como soporte auténtico y necesario de la comunión, de la participación y de la misión.
Ahora me parece importante señalar que los trabajos del Sínodo tienen una consecuencia posterior en la aplicación que cada diócesis y cada parroquia o comunidad cristiana debe realizar para mantener su sensibilidad propia acorde con las orientaciones surgidas en la Asamblea sinodal y deseadas por el Papa buscando siempre la unidad de todos como insistía el mismo Señor. Comprobaréis este último caso meditando los capítulos 14 al 17 del evangelio de san Juan.