Fecha: 30 de abril de 2023
Celebramos hoy la “Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones”. Vocación significa llamada, pero ¿qué puede significar que pidamos por las vocaciones? ¿Por qué esta Jornada para pedir por las vocaciones?
En el contexto cultural actual, en un ambiente eminentemente marcado por el subjetivismo, por el sentimiento, no se valora ni casi se conoce el concepto de “vocación”. Porque vocación, que significa llamada, se refiere al proyecto de Dios para cada uno de sus hijos.
Significa por tanto que Dios, que ha creado a los seres humanos hombres por amor, lo ha hecho siguiendo un proyecto personal de amor para cada uno, y nos llama a un camino personal y único, un camino para entrar por esa puerta que es Cristo su Hijo, el Buen Pastor. Y en la Iglesia esto resume fundamentalmente en tres opciones o posibilidades: la vocación o llamada al matrimonio, la vocación a la vida consagrada y la vocación al sacerdocio ministerial, sin dejar de considerar que existen otros caminos que la Providencia de Dios señala a algunos de sus hijos. Por eso podemos decir que tienes una llamada de Dios, la tienes y es preciso dar respuesta sin esperar más.
El proyecto de Dios es la vida de sus hijos, y para esto envió a su Hijo al mundo: “Tanto amo Dios al mundo que le entregó a su único Hijo para que todos los que creen en el tengan vida eterna” (Jn. 3, 16).
Hoy, además, se nos presenta en el evangelio de este cuarto domingo de Pascua la imagen de Jesús como Buen Pastor. El Buen Pastor que guía su rebaño y lo lleva a pastos abundantes y da su vida por las ovejas. Él es la puerta por la que nos ofrece entrar para encontrar el descanso y el sosiego, la puerta del redil en el que encontramos nuestra paz con Él.
«Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn. 10, 1-10).
Esta es una Jornada para pedir a Dios que manifieste su voluntad de amor para que muchos jóvenes puedan dar una respuesta libre y gozosa para seguir al Señor en el sacerdocio y la vida consagrada, y para el proyecto de vida matrimonial que es el camino más común para la mayoría de sus hijos. Para que muchos encuentren en él la “Puerta” que les llevará a la plenitud de su vida, al verdadero sentido de su existencia que tantos buscan y no encuentran.