Fecha: 1 de septiembre de 2024

Acabamos de iniciar un nuevo curso que nos sitúa a las puertas del Jubileo 2025, donde la esperanza será la protagonista. Ahora más que nunca debemos custodiarla. Jesús dijo a sus discípulos y nos vuelve a decir ahora: No tengáis miedo, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20)

Precisamente, el pasado 14 de junio, fui testigo de un acontecimiento esperanzador. Tuve la oportunidad de presidir un acto de carácter social muy relevante, promovido por la Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Se trata de la primera convocatoria del Fondo de Acción Social de esta entidad de la Iglesia que nace con el objetivo de servir a las personas y colectivos más vulnerables de la Archidiócesis de Barcelona. Este proyecto conecta con el espíritu de Gaudí y la doctrina social de la Iglesia.

La Junta Constructora, en tanto que fundación de la Iglesia católica, quiere dedicar los excedentes económicos a fines sociales que aseguren el bien común de las personas, así como al anuncio de Jesucristo y de su Evangelio. Esta fue la voluntad de Gaudí y de los promotores del Templo de la Sagrada Familia. En esta edición inicial se reconocieron y se apoyaron cincuenta y seis proyectos que buscan mejorar la vida de nuestros hermanos y hermanas más vulnerables.

La dotación de esta primera convocatoria, cifrada en 2,3 millones de euros, se ha repartido por veintiún municipios de nuestro territorio diocesano. En cuanto a los ámbitos de actuación, un 27% de los proyectos cofinanciados trabajan para la lucha contra la pobreza y la exclusión social, un 25% para la salud y la autonomía personal, un 23% se centran en la infancia, adolescencia y juventud, un 18% en la vejez y un 7% en la migración y refugiados.

La labor de estas entidades seleccionadas por el Fondo de Acción Social refleja el espíritu de caridad y compromiso que Jesús nos enseñó. Los proyectos reconocidos no solo aportan soluciones a problemas concretos, sino también esperanza y dignidad a aquellas personas que más lo necesitan.

En un mundo que a menudo parece alejado de los valores humanos y espirituales, es alentador ver cómo nuestras comunidades se mantienen firmes en su misión de ayudar a los demás. Me gustaría que este nuevo Fondo de Acción Social fuese una fuente de inspiración para continuar con nuestra misión de servir a los demás. Recordemos siempre las palabras de Jesús: «En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,40).

Queridos hermanos y hermanas, Dios quiera que la semilla de la caridad que hemos plantado con la primera convocatoria del Fondo de Acción Social de la Sagrada Familia continúe creciendo y dando frutos en nuestras comunidades. Esta iniciativa no habría sido posible sin la generosidad ni la colaboración de muchas personas. Su dedicación es una muestra de lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos, guiados por la fe y por el amor. Que Dios os bendiga a todos y que su gracia os acompañe en vuestra misión.