Fecha: 16 de mayo de 2021
Hoy, en la solemnidad de la Ascensión del Señor, celebramos la 55ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Para el lema de esta Jornada, el papa Francisco se ha inspirado en una cita del Evangelio según san Juan: «Ven y verás» (Jn 1,46). Con su mensaje, el Papa anima a los periodistas a escribir desde el lugar de los hechos, a comunicar siempre fieles a la verdad, a informar sin basarse en rumores ni en lo que tal vez han oído decir.
El Santo Padre anima a los profesionales de la comunicación a levantarse de la silla, a «desgastar las suelas de los zapatos», a ir a ver lo que ocurre, a hablar con las personas y a escucharlas. Y es precisamente así, dice el Papa, como también se ha comunicado la fe cristiana, a partir de los primeros encuentros de Jesús con sus discípulos en la orilla del río Jordán y del lago de Galilea, a partir de la experiencia personal. Esta es la base de la auténtica comunicación y debería ser el modelo a seguir por los periodistas y comunicadores.
En este tiempo de distanciamiento social a causa de la pandemia, la comunicación entre las personas es fundamental. En estas circunstancias, los medios de comunicación se esfuerzan en contarnos la realidad diariamente, son los intermediarios necesarios entre las personas y la realidad. Pero es muy importante que los comunicadores sean agentes de esperanza que recojan las noticias esperanzadoras que muy a menudo pasan desapercibidas. Hay que comunicar al mundo el servicio al bien común de muchos hombres y mujeres.
Los medios de comunicación han evolucionado mucho en los últimos años, gracias a la tecnología. La información vuela por las redes, se comparte a gran velocidad, la inmediatez se impone cuando se trata de comunicar, la noticia adquiere un valor añadido si es comunicada con rapidez. A veces, parece que nos fijamos más en el cuándo que en el qué. Información no nos falta, pero desgraciadamente también hay mucha confusión y desinformación. El Papa nos alerta del mal uso que se puede hacer de las nuevas tecnologías y, como consumidores de información, nos recuerda que todos somos llamados a ser testigos de la verdad, a verificar su veracidad antes de compartirla, a no dejarnos llevar por los titulares.
En cualquier sociedad democrática, las noticias deberían ayudarnos a conocer la verdad. Por ello, las empresas que se dedican a la comunicación nunca deberían olvidar que, por encima de sus intereses legítimos, tienen el deber de poner a la persona en relación con la verdad. Y con pena, constatamos que, a menudo, no se contrastan las noticias y encontramos muchas falsas verdades o medias verdades que dañan el honor de las personas. En el Evangelio según san Juan leemos: «Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Jn 8,32). Todos tenemos derecho a ser libres; para serlo y elegir el bien, necesitamos conocer la verdad.
Queridos hermanos y hermanas, sin verdad no podemos ser personas libres. Ruego por todos los periodistas y profesionales de la comunicación, y pido la intercesión de su patrón, san Francisco de Sales, para que les ayude a ser promotores de comunidades más cohesionadas, mejor informadas y más libres.