Fecha: 20 de noviembre de 2022
Celebramos hoy la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. Los cristianos rezamos cada día con las palabras que el mismo Señor Jesús enseñó a sus discípulos, y decimos siempre: «Venga a nosotros tu Reino».
Pero ¿qué significa su Reino?, ¿qué significa cuando decimos el Reino? Nuestra experiencia humana, cuando hablamos de este tema, un reino, un rey, pensamos en los reinos de este mundo, que son frágiles, pasajeros y temporales. Y esto puede llevarnos a confusión cuando nos referimos al Reino de Dios.
Porque hablar del Reino de Dios es lo mismo que decir que Él, Cristo es el Rey. Que el Reino que pedimos es Cristo presente en nosotros y en el mundo, y esto es lo que hoy celebramos. Jesús ante Pilato confesó: «Tú lo dices, yo soy rey. Yo he nacido y he venido al mundo para dar testimonio de la verdad» (Jn 18,37).
Sí, porque éste es su Reino: la verdad, la justicia, el amor y la paz. Ciertamente es un reino extraño para nuestras mentalidades humanas y para nuestros esquemas y criterios humanos. No es, por tanto, un reino como los de este mundo. En esa conversación con el gobernador Pilato «Jesús contestó: mi realeza no es de este mundo. Si fuera de este mundo, mis hombres habrían luchado para que yo no fuera entregado a los judíos» (Jn 18,36).
Dios ha querido salvar al mundo, es decir a cada uno de nosotros y por eso se ha encarnado, se ha hecho hombre y ha dado su vida en la cruz y ha resucitado. «El que es la Palabra se hizo hombre, y ha habitado entre nosotros» (Jn 1, 14). Su Reino significa que Él se ha implicado en la vida de cada persona y se ha comprometido con todos y cada uno de nosotros y con todas las realidades de nuestro mundo. Y Él, Cristo, reina desde la cruz.
El cristiano hace presente también ese reino en el mundo porque es otro Cristo. Nos ha enviado a colaborar con Él en su proyecto de salvación, de transformación del mundo, pero necesitamos reinar con Él también desde la cruz, dando nuestra vida allá donde nos ha puesto, en la familia, en la parroquia, en la sociedad, entre los amigos.
Digamos hoy con fe: «Venga a nosotros tu Reino», que éste sea hoy el grito de nuestro corazón.