Fecha: 30 de enero de 2022
Vinculo estas dos “vidas” porque en un mismo día celebran su fiesta anual. El 2 de febrero, fiesta de la Presentación de Jesús en el templo o popularmente llamada día de la Candelaria, dos grupos numerosos de personas se reúnen, agradecen a Dios su vida, comparten ilusiones e inquietudes y se esfuerzan por ser útiles a la sociedad y a la Iglesia.
Ese día 2 se recuerda y se celebra en la Iglesia que Jesús es presentado a Dios en el templo, siguiendo la tradición judía; se consagra al Padre para hacer su voluntad en este mundo anunciando la libertad, la paz y la fraternidad. En definitiva la salvación para toda la humanidad.
La Vida Consagrada está formada por todos los miembros de los institutos religiosos que a lo largo de la historia han expresado su vivencia con un carisma o sensibilidad determinada con su presencia y su oferta de servicio a la sociedad. Han seguido los pasos de quien fundó la institución y les muestra un camino para encontrarse con Jesucristo. Viven en comunidad y cada instituto o congregación tiene una finalidad fundacional, la enseñanza, la atención a los ancianos, la preocupación por los huérfanos, la oración… Algunas congregaciones son muy antiguas, otras de reciente fundación. Unas tienen casas en todo el mundo, otras reducen su actuación a lugares concretos. La Vida Consagrada tiene dos ámbitos: la contemplativa (en nuestra diócesis las Carmelitas de la Caparrella); y la activa (en nuestra diócesis, los mercedarios, los jesuitas, los carmelitas, los claretianos, los salesianos, las carmelitas misioneras y las teresianas, las carmelitas teresas de san José, la Compañía del Salvador, las dominicas de la Anunciata, las jesuitinas, las franciscanas misioneras de la Madre del Divino Pastor, las Hermanas de la Sagrada Familia de Urgel, las Hermanitas de los Ancianos, la Misioneras Esclavas del Inmaculado Corazón de María y las Hijas del Corazón de María).
Muchos de vosotros conocéis algún religioso o colaboráis en alguna obra llevada por ellos. Otros más habéis oído hablar de ellos y tenéis referencia de su talante. Sugiero que les felicitéis en ese día tan significativo para todas estas comunidades; se alegrarán al saber que muchos comparten la alegría de su consagración.
La Vida Creixent es un movimiento apostólico cuya finalidad es la atención pastoral a las gentes de mayor edad. Tiene implantación en muchas diócesis donde su presencia y su dedicación pastoral se hacen notar de una manera sobresaliente. Están agrupados en las parroquias y se reúnen periódicamente para la formación, para la oración y para la ayuda mutua. Son personas que manifiestan una enorme actividad llena de la experiencia de los años y la sabiduría humana que han acumulado en sus relaciones y en sus lecturas.
En nuestra diócesis los grupos de Vida Creixent tienen especial relevancia. Organizan una jornada de inicio de curso, donde presentan un programa de trabajo para las reuniones en cada parroquia, una jornada de fin de curso con una evaluación de lo realizado, unos retiros y otros momentos de oración, alguna charla y también alguna excusión. Todo ayuda a consolidar la convivencia, a superar la soledad y a cuidar su vida espiritual.
Recordamos hoy a todos los ancianos de nuestra sociedad. Queremos preocuparnos de todos ellos porque según dicen los estudiosos, el trato social y el aprecio que reciben los niños y los mayores es un termómetro preciso para indicar la altura de miras de esa misma sociedad.